Qué hay detrás (o delante) de la compra de un GC
Cómo discernir la señal del ruido de fondo en el mercado de los GC
Quizá está pensando en adquirir su primer Cromatógrafo. En ese caso, hay muchos factores a tener en cuenta. Y si ya posee uno, no está de más dar una mirada a este listado.
1. ¿Cuál será su uso?
¿Tiene en claro cuál o cuáles serán las aplicaciones? La versatilidad de un GC es muy grande, y en consecuencia también lo es la variedad de aplicaciones posibles. Determinación de solventes de tintas en films; Determinación de pesticidas en frutas; Composición del Gas Natural; Destilación simulada de petróleo; Solventes residuales en fármacos; Colátiles clorados en agua potable; Drogas de abuso; Tóxicos; Aceites esenciales en fragancias; Ésteres de ácidos grasos en aceites; etc.
2. ¿Cómo configurar el equipo?
Una vez definida la aplicación (que probablemente esté definida de entrada, y haya sido lo que lo motivó a pensar en adquirir un GC), es momento de adentrarse un poco más, y pensar en la configuración del equipo. Para determinar pesticidas clorados, es posible utilizar un detector de captura de electrones (ECD), pero también se puede emplear un espectrómetro de masas (MSD). ¿Cuáles son las diferencias? Para determinar azufrados, puede pensar en un detector fotométrico de llama (FPD), un FPD pulsado (PFPD), o un detector de quimioluminiscencia (SCD). ¿Por qué ir a un SCD, con el mayor costo inicial que supone, si no necesitamos altísima sensibilidad? ¿Qué tipo de columna/s utilizará? ¿Es conveniente configurar el equipo con más de un canal, pensando en el futuro? Etcétera.
3. ¿Será necesario o deseable contar con algún accesorio?
Para determinar solventes clorados en agua, es posible utilizar un concentrador de purga y trampa, o un muestreador de espacio cabeza. ¿Cuál es mejor? (Una pista: ninguno es mejor. Depende del uso exacto que le dará; de la sensibilidad requerida). ¿Es necesario automatizar el equipo, para que inyecte durante la noche y los fines de semana, de tal forma de tener los resultados listos al otro día? ¿O no es necesario, ya que realizará unos pocos análisis por semana? ¿Tiene sentido adquirir un generador de Hidrógeno, de Nitrógeno, o de Aire cromatográfico?
4. ¿Qué marca elegir?
En este punto, pesan diversos factores. Muchas veces, en el laboratorio ya hay varios GCs de una sola marca, los usuarios están bastante conformes y acostumbrados, y es difícil vencer cierta resistencia al cambio (que se neutraliza o se confirma, generalmente probando otro equipo antes de adquirirlo). La reputación de la marca es un factor muy importante, ya que, no habiendo más que cuatro o cinco grandes jugadores en el mercado, elegir una marca totalmente desconocida debería compensarse, al menos, con un mucho menor costo de adquisición, y sabiendo que se está dispuesto a correr cierto riesgo. Otras veces, la casa matriz sugiere la marca. Incluso en esos casos, hay factores que pueden inclinar la balanza a otra marca, con los fundamentos adecuados.
5. ¿Cuáles son los servicios que tendrá que pedirle al proveedor en el futuro?
Además de los servicios de instalación, IQ/OQ, familiarización y entrenamiento inicial, piense un escenario en el que puede necesitar llamar al proveedor con consultas acerca de parámetros de integración en cromatogramas complejos, o para que le indique cuándo reemplazar los filtros, para que le recuerde cada cuánto cambiar el septum o cómo cambiar la columna, o por un entrenamiento más avanzado, porque un día no enciende el detector... y decenas de etcéteras. ¿Cuál será la predisposición y cuáles los recursos del proveedor elegido para atender sus llamados?
6. ¿Podrá usar el equipo apenas terminen de instalarlo?
Dependiendo de lo que acordó oon el proveedor en el momento de la compra, puede que el equipo quede instalado "llave en mano", pero es más común que usted sea el encargado de ajustar las técnicas de análisis. Tenga esto en cuenta, y sobre todo, consulte al proveedor del equipo acerca de este punto. Todos los proveedores cuentan con capacidad técnica para ajustar la mayor parte de las técnicas de análisis conocidas, pero no siempre este es un punto que queda claro en el momento de la compra, y es muy importante que los detalles queden expuestos antes. Antes de la decisión, hay tiempo para pedir servicios adicionales en el presupuesto. Luego, puede ser tarde para un presupuesto acotado.
7. ¿Cómo debo preparar el sitio en el que se instalará el equipo?
La elección de los gases, las especificaciones de la línea eléctrica (puesta a tierra, estabilización, UPS), las medidas de la mesada, el tipo de conexiones de las cañerías, son cuestiones secundarias pero no triviales, y debe contar con total asesoramiento de parte del proveedor. Quizás reciba un listado de ítems a modo de check list. Eso está perfecto. Pero no demore en ir preparando el sitio, ya que no es extraño que ello sea lo que demora la instalación.
8. Capacitación.
¿Quiénes usarán el equipo? Pensó en un entrenamiento on-site, con su propio equipo y sus propias técnicas? ¿O tendrá que enviar a los futuros usuarios a entrenamientos enlatados de los que participarán varios usuarios de distintas empresas, con configuraciones de equipos muy variadas? En ese caso, ¿cuál es el costo nominal de los entrenamientos, y cuál será el costo real, una vez que los usuarios regresen al laboratorio y tengan que poner manos a la obra, sin el apoyo del instructor? En muchos casos, en estos detalles se resignifica la elección inicial.
9. Costo (real) de la inversión.
Algunas marcas de cromatógrafos definen históricamente precios algo más elevados para sus productos, lo que no siempre tiene relación directa con la calidad final de los equipos. En ocasiones, esto tiene que ver con una estrategia de posicionamiento, como lo hacen algunas marcas de automóviles, o de teléfonos, por ejemplo. Muy probablemente, y sólo teniendo en cuenta el sentido común, si un cromatógrafo posee un precio más elevado que el de sus competidores, su calidad difícilmente sea mediocre, lo que sería una combinación muy desfavorable para la marca. Pero también es cierto que al costo inicial hay que sumarle lo siguiente:
* Costo de los servicios programados (Mantenimientos Preventivos, Calificaciones, etc).
* Costo de los consumibles.
* Costo de los repuestos (ítem importantísimo: nadie quiere pensar que el equipo va a necesitar una reparación durante los primeros dos o tres años, pero sea cuando sea, en ese preciso momento, pagar 4000 o 9000 USD por una placa o un controlador, harán la diferencia).
* Costo del servicio técnico.
En ese sentido, adquirir un equipo considerado "caro", ya sea porque nuestra casa matriz sugiere esa marca, o por mantener la uniformidad con todos los otros equipos del laboratorio, parece tener sentido solamente si se asegura que en el futuro contará con una opción de soporte técnico eficiente, y de precio adecuado.
Yendo hacia el otro extremo, adquirir el equipo de menor costo de inversión inicial (por ejemplo, el de una marca no reconocida), en ocasiones nos obligará a pagar ese precio más adelante, cuando tengamos que reemplazar una parte importante, o cuando no logremos un servicio técnico adecuado para nuestra necesidad.
Fuera de la lista: la confianza. ¿Confía en su proveedor? ¿Quiere cerrar el trato a toda costa, lo más rápido posible? ¿Lo conoció personalmente?
Por supuesto, a esta lista pueden estar faltando varios ítems. Pero si la recorre detenidamente, y a ello suma una reunión con los posibles proveedores de su futuro equipo, va a tomar la mejor decisión.
Por supuesto, a esta lista pueden estar faltando varios ítems. Pero creemos que, si la recorre detenidamente, y a ello suma una reunión con los posibles proveedores de su futuro equipo, va a tomar la decisión correcta.